SOBRE EL CONOCIMIENTO DEL COMUNISMO POR PARTE DE LA CLASE OBRERA DE NUESTRO PAÍS.

Enrique Velasco

El proyecto del Partido Bolchevique.-


El partido bolchevique ruso era la forma organizada que tomaron los obreros en ese país. Y los obreros rusos se organizaron y crearon el partido bolchevique para conseguir llevar a la realidad un proyecto de transformación de su forma de trabajar, y por lo tanto de su forma de vivir.  En sus manifiestos, en sus discursos y en su propaganda , lo representaban de una manera mucho más general. Hablaban de acabar con la explotación del hombre por el hombre; de crear un sociedad más justa, de acabar con los privilegios, de acabar con la opresión del capital, de acabar con el dominio de unos pueblos sobre otros, de desterrar el imperialismo. En una palabra, se trataría de ir construyendo el socialismo, para acabar un día viviendo en una sociedad comunista.

Una buena parte de los obreros rusos debió encontrar que un proyecto así los beneficiaba y se engancharon a él.

La medida en la que estos obreros entendían, comprendían y compartían este proyecto, no debe desprenderse solo de que lo apoyaron, porque es fácil admitir que en la situación concreta que vivían, la oferta de unos compañeros como los bolcheviques era mucho más atractiva que la situación en que los mantenían los gobiernos de los capitalistas y los terratenientes.

Es importante pararse un poco en este detalle porque cuando se hace referencia al experimento comunista ruso, se le contempla como un fracaso obrero, cuando no está tan claro que fuesen los obreros quienes llevaron la dirección a lo largo de esta experiencia.

Debe aclararse, así mismo, que el pensamiento de los obreros no lo conocemos sino a través de sus organizaciones y concretamente a través de lo que estas organizaciones dicen y hacen.

Es por lo que decían y hacían las organizaciones obreras rusas durante las dos primeras decenas del siglo XX, que sabemos cuales eran los planes y proyectos para el caso de que cayera en sus manos la posibilidad de llevarlos a la realidad.

Las ideas que tenían sobre la organización general de la sociedad derivan, como hemos tenido ocasión  más atrás de considerarlo, de las ideas que tenían sobre la producción o lo que es lo mismo, sobre el trabajo.

La idea general diría así, más o menos:

  1. nosotros trabajamos y ellos recogen los frutos.
  2. eso lo pueden  hacer porque son propietarios de las condiciones materiales de nuestro trabajo.
  3. El Estado, su Estado, es el arma que les permite este despojo continuado.

 

Por lo tanto,

  1. asaltaremos y nos haremos con el Estado.
  2. Pondremos, a través del Estado, la condiciones materiales del trabajo a disposición de los obreros.
  3. Así se acabará el despojo y la explotación del hombre por el hombre.

 

En octubre de 1.917 el partido bolchevique se hizo con el control del Estado ruso y  acto seguido empezó a actuar. Expropiación sin indemnización de los grandes capitalistas.

Y... en este punto estábamos, cuando advertíamos de que se actuaría, según la idea que se tuviese sobre las realidades y los conceptos que se estaban manejando.

Se ha arrebatado la propiedad a los capitalistas por parte del Estado, y ahora, ¿a quien se entrega?

La entrega de la propiedad a los obreros plantea problemas distintos de los que presentaron con los campesinos. Principalmente porque ahora se trata de procesos de trabajo colectivos y con los campesinos eran procesos individuales.

Sin embargo, el problema era más profundo. Se trataba de lo que se entendía por propiedad, del concepto que se tenía de la propiedad.

El primer concepto de propiedad que maneja el movimiento obrero, en toda Europa y en Rusia en esos años, se refiere sobre todo a la tierra, a las herramientas, a los animales. En ese tiempo, la riqueza se mide por la cantidad que se dispone de esos elementos. El trabajador que dispone de ellos, dispone también del fruto del trabajo que obtiene utilizando estos elementos.

El que no dispone de ellos, ha de acudir a quien los tiene y a cambio ha de entregar una parte del producto que obtiene con su trabajo. Al sujeto que dispone de estos objetos le llamamos su propietario.

Este concepto de propiedad es el que manejan terratenientes y campesinos en la revolución rusa. Las tierras y los elementos para cultivarla pueden ser arrebatados a sus propietarios y entregado a sus nuevos propietarios, sin que la producción sufra ningún desarreglo. Los campesinos seguían trabajando igual, simplemente, al recoger la cosecha, no tendrán que entregar una parte al propietario de la tierra, porque ya es suya.

Es el mismo concepto que utilizan los capitalistas en lo que hemos llamado la primera fase del capitalismo. El que dispone de naves construidas con sus instalaciones de alumbrado, herramientas y las materias primas necesarias y contrata a oficiales  o maestros de los diversos oficios para que trabajen para él sería también el propietario. Y si, en una revolución fuera privado de la propiedad de esos elementos, los maestros y oficiales seguirían, podrían seguir, fabricando baúles, sillas, herraduras o los productos a los que dedicaran su actividad, quedándose el producto elaborado y corriendo con los gastos que provocara la nueva propiedad (en el caso, naturalmente, en que la propiedad les fuese adjudicada a ellos).

Se quiere aclarar con estos dos ejemplos, que la propiedad no significa siempre lo mismo, aunque se utilice la misma palabra. Que depende su concepto, su idea, del objeto a que se refiere. Cuando la propiedad se refiere a un objeto que puede ser utilizado por una persona para hacer su trabajo (una pala, un arado, un carro, un martillo), el concepto no presenta muchos problemas para entenderlo. Si el propietario es el propio trabajador (campesino, artesano), el producto de su trabajo se lo apropia él mismo. Si el propietario es uno y el trabajador otro, éste último tendrá que compartir el fruto de su trabajo con el propietario. En el primer caso tenemos un proceso de trabajo por cuenta propia y en el segundo uno por cuenta ajena.

Con estas condiciones que acabamos de anotar, lo que más nos interesa reseñar es que la situación que se crea con el cambio de propiedad es reversible, es decir, un trabajador por cuenta ajena, si adquiere la parcela en que trabaja, se convierte en propietario de los medios con que trabaja y seguirá desempeñando el mismo trabajo que hacía, pero por cuenta propia. Si nuevamente adquiere la parcela el antiguo propietario, el trabajador volvería a serlo por cuenta ajena, pero, en ambos casos su tarea, técnicamente variaría poco. Esto quiere decir que la situación es reversible. Que el cambio de trabajador por cuenta ajena a trabajador por cuenta propia, o viceversa, no cambia la tarea que el trabajador realiza. Y esto hace que el cambio de una situación a otra sea pensable, se piense que es realizable.

Estas ideas nos ayudaran a entender los diversos planteamientos que fue haciendo el gobierno revolucionario ruso respecto a los medios de trabajo que expropió a grandes terratenientes y capitalistas.

 

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